miércoles, septiembre 28, 2005

El mundo de Rôvënty


Este soy yo. No soy muy alto, tan sólo 1,70 de altura, estoy a punto de cumplir 19 años y no visto tan raro como en mi foto, pero tengo mis particularidades y no las intento esconder como muchas otras personas. Así soy yo, así es mi mundo.
Desde pequeño soñé con un mundo distinto al que me rodeaba, un mundo al que no entendía. Ahora sueño con aquellos sueños del pasado y es el mundo el que no me entiende a mí. Buscaba la verdad en las palabras y el amor en lo más profundo del corazón humano; ahora me doy cuenta que la lengua miente más que habla y que el corazón es como un barco de vela: va donde le lleva el viento y se hunde con las tormentas. Antes creía en las verdades universales y ahora, ahora cada vez me doy más cuenta de que casi todo es relativo. Hace tiempo buscaba respuestas a la vida, a mi existir, al devenir. Encontraba las respuestas en mi corazón que aún era puro e inmaculado. Desde hace algún tiempo me he cansado de buscar y no encontrar, de repetir las mismas preguntas con el sonido del viento acariciando mi rostro como respuesta. Así soy yo, así es mi mundo.
Así es el mundo donde vivo. Tan cercano y tan extraño a la vez, tan lleno y tan vacio, tan sociable y tan solitario. El mundo es el reflejo de la evolución de los seres humanos sobre la tierra. Esa evolución se ve truncada una y otra vez por sistemas fijos que encierran la creatividad de las personas en frascos de metal y su libertad a punta de pistola en la carcel más oscura del alma: la autocensura. Hace mucho que ya no creo en ideales nobles, ni en salvaciones de otro mundo. Hace tiempo que sólo creo en una cosa: en el ser humano y su capacidad para crear cada día nuevas realidades. Creo que tú puedes hacer que las cosas cambien. Así soy yo, así es mi mundo.