domingo, diciembre 17, 2006

Sentimientos que guiaron mi vida y mi pluma

Cegados estamos.
Pekeños males nos hacen derrumbarnos,
maldecimos a la vida por carecer de placeres
que nos prometen alegría.

No, no somo iguales.
Cada ser humano tiene diferentes necesidades,
tú puedes llorar por algo por lo que otra persona ría.
Incomprensibles esencias nos hacen ser quienes somos.

Debemos luchar por la igualdad.
¿Quién corta ese patrón?
Pero al final cada uno lucha por su propio interés.
A unos les intersan los demás,
a otros su propia persona nada más.
Quizá sea esa lucha lo que nos una,
esa lucha por ser, por llegar a ser, por tu propio interés

Estas rimas son de una buena amiga, Suki

viernes, diciembre 15, 2006

Adios Pinocho

Pinochet ha muerto. Por fin el odio puede dejar paso a la reconciliación y a la memoria. Como decía el subcomnadante Marcos "memoria es como llamamos acá a la justicia".
Pinochet se va acosado por sus propios fantasmas, por sus miedos y por sus mentiras. Sin nada que ofrecer al mundo salvo una mirada triste y un arrepentimiento insuficiente. Las victimas a las que torturó eran personas, "sujetos" con familia, con padres y madres, hermanos, hijos y amigos. Los mató en nombre de una "convención" llamada patria. Y cuando las convenciones están por encima de las personas surge la injusticia.
Adios a sus mentiras, a la justificación de siempre para privar a las personas de su libertad y su dignidad, el recurrente que vienen los rojos que también utilizó Franco en 1936. Todo un montaje que nos hicieron creer para evitar que no pensáramos por nosotros mismos. Pero una mentira por mucho que se repita no deja de ser mentira aunque logre confundir a las masas.
Con Pinochet mueren los últimos coletazos del totalitarismo de corte europeo. Otro nuevo tiempo llega en el que la sociedad por fin tiene mucho que decir. Cada persona individual que forma parte del todo, de un todo patria, pero también de un todo latinoamericano y de un todo mundial.
La muerte no venció a la justicia. Adios mentiroso, opresor, el fin nunca justifica los medios y la paz nunca es el silencio de los cementerios, sino el fruto de la justicia social.

Adios Pinocho.

domingo, diciembre 03, 2006

El ejército español

En uno de esos días que juego a soñar embarqué en un buque de carretera y llegué a la base de la armada de Cartagena en compañía de unos amigos. Era la misma ciudad que había visitado no hacía mucho. Recordaba el Arsenal, justo enfrente habíamos cenado. Justo enfrente está la infantería de marina, la unidad operativa de la base. De entre todos los marines, seis esa noche de ensueño decidieron salir a hacer botellón.
El puerto se movía al suave balanceo del mar. De pronto, un grupo de periodistas les salieron al encuentro del destino, en ese lugar donde las distancias no existen, sólo la esperanza del ser humano cuando se ve reflejado en otro ser humano.
Hablamos de todo, nos interesamos por su existir, por las batllas que han tenido que luchar, ninguna con un fúsil en las manos. Eran jóvenes valientes en busca de una familia y un futuro que aún desean que les pertenezca.
Uno de nosotros dijo, que pena que tengamos una grabadora. Yo también lo pienso durante un segundo, después la paz me invade. Las estrellas están en en su sitio, brilla la luna creciente en el cielo, el aire es humedo del aliento del mar. Mejor dejarse llegar, dejar que el sueño siga su curso, empaparme de la humanidad y la humildad de personas iguales que yo, con sus sueños perdidos, y los que están por conseguir. Me inclino ante mi amigo y le susurro, me lo estoy pasando de puta madre, yo también.
Al día siguiente, coroneles, capitanes de fragatas y almirantes. No se comen a los librepensadores ni tienen sed de sangre, pero demasiada parafernalia. Embarcamos de nuevo hacia el CESEDEM en la castellana de Madrid. La línea verde de la esperanza es la sonrisa en un corazón tocado por la alegría.