jueves, julio 20, 2006

La marcha railiana


Me marcho. Sobre las nubes como los ángeles. Vueling lo llaman los capitalistas. La ciudad roja de los tulipanes me espera, y la ciudad de las revoluciones y la ciudad de Goya. Y a mí mismo, pero no tan lejos, en el espejo de mi alma: mi propio corazón.

Dejo una vez más el mundo que conozco, la seguridad, mi vida y me monto sobre railes para recorrer las curvas de una vieja desconocida. La misma que Zeus raptó allá por Creta convertido en toro, la misma que jadeó cien años y luego treinta y luego gimió el mundo por ella dos veces más.

Cuando todo es silencio y no puedes huir de ti mismo, entonces te ves obligado a escuchar tu propia voz. Entonces te pellizcas, te mueves inquieto, deseas estar soñando. Pero sabes que nadie vendrá a despertarte. Ni ahora ni nunca. En esos momentos la soledad es el camino de baldosas amarillas. En tu camino encuentras a gente, pero al final, tú, sólo tú eres capaz de enfrentarte contigo. Nadie te ha preparado, por eso es duro.

Mañana será otro día. Todo irá sobre raíles.

viernes, julio 14, 2006

El poder de la imaginación

Imagina un mundo sin guerras.
Imagina que todos los hombres somos iguales.
Imagina que nadie pisa al de al lado, que ya no hay envidias, ni rencores, ni odios.
Imagina que cada uno da lo que puede y recibe lo que necesita.
Imagina que nunca más hay tiranías ni la muerte de un hombre a manos de otro hombre.
Imagina una democracia de verdad, donde cada persona cuente y participe día a día.
Imagina un mundo donde al apretar un botón salga comida para todos y no bombas retorcidas que destruyen la vida.
Imagina un Dios de todos, bueno, que perdona, no impone ningún dogma y por lo tanto, no se mata en su nombre.
Ahora imagina que todo esto es verdad. La primitiva ameba que imaginó al ser humano hace millones de años estará sonriendo.

jueves, julio 06, 2006

La buena educación

Se acercaba el cumpleaños de los gemelos. Daniel y Samuel iban a cumplir nueve años y físicamente se parecían, pero en su forma de ser eran como el día y la noche.
En tan celebrada ocasión, sus padres les preguntaron por los regalos que querían.
Daniel no quiso nada en concreto, apelando a la nobleza , para que sus padres no se gastaran mucho dineró en él.
Sin embargo, Samuel pidió cosas muy caras: un mp3, la Play Station y algunos de los caros juegos de esta multinacional de las videoconsolas.
Los padres, preocupados, hablaron sobre la conducta de los gemelos. Entonces tomaron una decisión como ahora se verá.
Al que había tenido un buen comportamiento le regalaron un mp3, una play station y algunos juegos para la consola. Al que lo había pedido todo le regalaron un libro. A este respecto hay diversas opiniones. Unos dicen que ese libro era Momo, otros que veinte poemas de amor y una canción desesperada. Incluso hay algunos que hablan de los Miserables o hasta del mismo Don Quijote de la Mancha.
La expresión de la cara de los gemelos era de asombro. Daniel de alegría, Samuel de decepción. Este último pregunto:
"¿Porqué?"
Pero sus padres se econgieron de hombros y salieron de la habitación.