lunes, marzo 19, 2007

A mi amigo Friti


Ya he vuelto, esperaba que una bola de pelo alegre y mimosa saliera a la puerta para saludarme y aunque no lo he visto sé que estaba ahí ronroneando y estirando el cuello para que lo acariciara. Me da mucha pena, cuando pienso en él los ojos se me llenan de lágrimas.
Siento que he perdido un amigo. No hablaba, pero tenía siempre el corazón a la ecucha. No hacia examenes pero se estaba sacando la carrera conmigo de todo lo que le contaba. Era un golfo, se iba de casa, pero sabía siempre el camino de vuelta, sabía donde estaba su hogar, su vida, la gente que lo quería. Cuando llegabas siempre se hacía notar, se ponía mimoso y te llevaba a su plato para que lo acariciaras mientras comía. No por el placer de comer, sino por el placer de compartir.
Era un meón, nos apestaba la casa. Ahora echaré de menos pillarlo in fraganti y correr detrás de él como si fuera un pilluelo. Echaré de menos entrar a mi habitación y que esté ahí tumbado, abra un ojo exaltado por un instante y al verme vuelva a su postura inicial como diciendo: Ah! Eres tú. Siempre fue un gato muy valiente a pesar de lo pequeño que era. Le zurraban muchas veces por meterse con los mayores y se forjó respeto en el barrio. Un día que volvía de la universidad, en el jardín de mi casa, en el tejado y cerca de la puerta se concentraron por lo menos 15 gatos de todo tipo, distinción y color. ¿Cuál sería el motivo de su reunión? No lo sé. Pero yo quiero pensar que fue su acpetación social dentro del reino de los gatos. Uno que no era como ellos. Un gato doméstico con sangre serrana y vallecana que supo buscarse un sitio entre los gatos de la calle.
Era pequeño, pero era el más grande, un compañero, un verdadero amigo. Su espíritu me acompañará siempre.

Una noche en Varadero

Ingredientes: tres margaritas, dos vozkas con zumo de naranja y un ron punch. Un baño nocturno y oscuro en el mar en calzonzillos, una ola de calor y alegría.

Efectos: sentimiento de invulnerabilidad, andar sobre las aguas y jugar a ser inmortales tan sólo un instante. Los gritos serán como un halo de vida en el desierto, el llanto se escuchará alto en la noche, para quien quiera escucharlo.

No podemos ver el amanecer, no llegaremos a tiempo. De la piscina al colchón. Duerme, la felicidad es un instante pasajero. El secreto está en juntar instantes felices. La eternidad no existe pero nada muere, todo se transforma. Nunca más será 15 de marzo de 2007. Ahí radica el misterio. Hasta mañana

Habaneando

La Habana nos recibió vestida de luces. Nos timaron en la cena y acabamos en el malecón sboreando la salada brisa del mar con nuestro inseparable Havana Club. La capital de Cuba como le escribió un amigo a su madre es envolvente y feliz, también orgullosa. La gente es muy fidelista, tranquila y pedigüeña. Un hombre nos llevó a tomar un mojito y acabaé pagando por ellos 13 pesos convertibles (unos 12 euros). El cubano es un puelo cercanoy caluroso pero si llevas cara de "primer día" acabarán sacandote hasta los ojos si te descuidas. La dictadura lo consiente porque la mendicidad aduerme las conciencias y embota los corazones. Muchos, la mayoría, sólo buscan sorevivir, buscavidas que a pesar de todo lo que tienen que sufrir nunca dejan de sonreir, de bailar o de cantar. Los cubanos tienen porhibido andar con los turistas. Una noce en el malecón vimos a unos policias llevarse a un chico esposado por estar cerca de nosotros. Pero cuando hablan de sí mismos no hay rencor en sus palabras. Un joven que nos enseñó a tocar ritmos cubanos con los bombos y las maracas nos lo demostró: "Nosostros no tenemos dividí (dvd) pero somos felices.
Cuba es la hermana pequeña y despechada de EEUU. Su madastra España comparte con ellas las mismas estrellas en el cielo cada noche. Tan cerca, tan lejos. La Habana colonial y neocolonial se funden con la cultura afrocubana, creando un sin fin de sentimientos nocturnos hasta el amanecer. En la ciudad dormida nadie duerme. Sus edificios se estcancaron en los años 30 como si de una película de El Padrino se tratara. Desde aquel entonces, los edificios se han ido deteriorando hasta coger un tono gris, con las fachadas peladas por la humedad y el viento. Sus únicos cambios son remiendos y parches . Como cuando tu madre te ponía una rodillera en los vaqueros, sin poder ocultar la realidad. Grandes mansiones que apenas se sostienen son las viviendas de los más pobres. Tan sólo un pequeño círculo alrededor de la catedral de la Habana Vieja ha restaurado su aspecrto gracias al dinero de España por ser patrimonio de la humanidad.
Cuatro días que no dan para mucho, pero ayudan a soñar una ciudad. La plaza de la revolución y un puro en honor de aquel sueño truncado. El capitolio wasingtoniano, un amigo de verdad, Raul, en una oche con Brugal. Espero que tu madre se recupere de lo suyo. El fuerte del Morro, como aquel otro puertoriqueño, como me recuerdan ambas hermanas. Amo y odio esta ciudad. Amo y odio a la gente, la revolución. Amo y odio el país donde triunfó Ernesto Guevara.
Miró las luces de la ciudad desde la noche en el malecón. Es mi última noche. Intento retener todas las imágenes posibles antes de marcharme para recordarlas siempre. Creo que empiezo a entender el espíritu cubano. Volveré a la Habana, aunque ya no será la misma. Yo tampoco.

jueves, marzo 08, 2007

Las bibliotecas del siglo XXI

Entré en la sala de ordenadores. En la facultad de Ciencias de la Información la sala de ordenadores está arrinconada en el entresuelo de la planta baja y el sótano. Tenía una especie de aura monacal de retiro donde se va a rezar al dios Internet. El silencio golpeaba al entrar y te llamaba a ocupar tu sitio en la historia.
Me encaminé hacia un ordenador que estaba libre y vi a un chico que estudiaba consultando con el ordenador. No me extrañó, el ambiente era el propio de una auténtica biblioteca. Ésta comparte con los monasterios la afición de muchos internos de ir allí más a rezar que a estudiar. Me senté delante de mi PC -personal computer- y comencé a escribir estas líneas para soñar un rato, si acaso haga dibujar una sonrisa en las mejillas de alguien que también quiera soñar.

Extrañas reflexiones

Formamos parte de un todo. Somos materia con magia que se transforma espontáneamente, se contrae y se expande, interacciona consiga misma a través de la energía. La electricidad es un subsistema primitivo de esta red conductora que lo une todo. Las personas también somos energía en interacción. ¿Cómo interaccionamos? A través del lenguaje.
El lenguaje es un sistema de signos, una red de interactuantes e interactuados que se transforman y subdividen en nuevas formas en que el todo interacciona entre sí. El lenguaje es un signo de buena salud vital, pero a la vez son ecos del lenguaje universal. No se trata de jerarquías, sino de integración. Una mirada, un temblor en el labio, una palabra, un spolo de vida.

Antes del Big Bang todo era uno. Pero, ¿Quién pulso el detonador?