viernes, mayo 02, 2008

Ni ayer...ni mañana


Son las once de la noche. Salgo del cine con el alma cansada y el corazón cobarde, en dirección al metro. Madrid se ha vestido con su mejor noche y el ambiente huele a primavera y a fiesta pero yo me voy a casa después de un largo día de trabajo. Me han faltado 12 euros en mi caja. “Pues nada, me dice la jefa, has regalado dos entradas”.

Tirso de Molina, Sol, Gran Vía, Tribunal. No es una canción, aunque tiene ritmo. Allí no busco a nadie a que salga de la oficina, es el trasbordo a la línea 10 que me lleva al norte. En el trayecto, dos extranjeros muy altos hablan de surf en castellano y después en inglés. Madrid cosmopolita. Doce euros me han faltado, no me lo quito de la cabeza. “¿Te han faltado 12 euros, a ti?”, me había dicho una compañera.

Me duele la cabeza y estoy mareado. Sólo tengo ganas de llegar a casa y descansar. Vivo tan deprisa que no tengo tiempo de pensar en lo que pasó y el futuro es tan incierto que disfrutar del presente se hace más necesario. Ni ayer…ni mañana. Huir hacia delante no deja de ser una huida. La felicidad es un estado pasajero del alma y todos morimos un poco cada día…

1 comentario:

PALOMA dijo...

Alby,
No hay que huir de nada. La felicidad puede ser un estado permanente (no se tiene que estar contento todo el tiempo, pero se puede ser siempre feliz).
Es la diferencia entre ESTAR y SER.

Todos vivimos un poco más cada día.

Piensa en positivo. Actúa con optimismo. Vive, que tienes salud. Los demás depende de tí.