martes, septiembre 19, 2006

El comienzo

EL otro día pasé por Moncloa. Repartían el Latino y me paré a pedirlo. La joven latinoamericana de los periódicos me sonrió al darme tan preciado tesoro. Eché una ojeada a la portada y me invadió un sentimiento entre la incertidumbre y el orgullo. Pase la página temblando de ansiedad, como espernado ver algo que debía estar allí. Pues ya se sabe que nada nos debe acontecer que no nos pertenezca de hace largo tiempo. Consejos para viajar por la Comunidad de Madrid, esta vez era Gargantilla de Lozoya. Sonreí mientras bajaba la mirada hacia el escritor de tan buen paseo y... Carolina Bao era su autora. Fue como si la ausencia anunciada no quitara drmatismo al sentimiento. Mi corazón palpito de angustia por los días que se fueron y de esperanza por los que vendrán. La vida sigue, el tiempo no para, las oportunidades van y vienen.
Siempre recordaremos los primeros tiempos en que luchabamos con nuestras plumas a vencer las espadas, cuando aún pensabamos que cambiaríamos el mundo antes que él a nosotros. Dentro de muchos años, cuando ya este presente sea un nostálgico pasado recordaremos nuestros inicios para que no caigan en el olvido. Entonces, con alegria uno y entusiasmo el otro, los dos riendo, te preguntaré: ¿Te acuerdas cuando escribías en Latino?

2 comentarios:

PALOMA dijo...

Me acuerdo. De las prisas por llegar, las horas en la redacción, los paseos, los últimos cambios antes del cierre: el stress y la emoción.

Y la primera vez que mi nombre se imprimió en papel de prensa.

También me acuerdo que escribía para una audiencia concreta. Cada palabra de concentraba en ella. Vistazo de la correctora, vistazo del director, gusto del lector.

Pero yo no estaba tranquila hasta que llevaba el periódico a casa y me recibíais como una estrella por unas cuantas palabras. Tú repasabas cada detalle, desminuzando cada frase, me mirabas y decías "¡Yuju!"...

Qué buenos recuerdos... de cuando escribía en Latino.

PALOMA dijo...

Me acuerdo. De las prisas por llegar, las horas en la redacción, los paseos, los últimos cambios antes del cierre: el stress y la emoción.

Y la primera vez que mi nombre se imprimió en papel de prensa.

También me acuerdo que escribía para una audiencia concreta. Cada palabra de concentraba en ella. Vistazo de la correctora, vistazo del director, gusto del lector.

Pero yo no estaba tranquila hasta que llevaba el periódico a casa y me recibíais como una estrella por unas cuantas palabras. Tú repasabas cada detalle, desminuzando cada frase, me mirabas y decías "¡Yuju!"...

Qué buenos recuerdos... de cuando escribía en Latino.