miércoles, septiembre 05, 2007

Dormir en la calle

Enfrente de mi casa hay un banco solitario. Algunas noches, un hombre que aparenta muchos más años de los que tiene se tumba allí a dormir. En una mano agarra una botella de cerveza, en la otra lleva su corazón que se lo arrancó hace mucho tiempo del pecho para no tener que sentir. Sus ojos transmiten soledad, tristeza y anhelo de una mano que le saque de ese mundo de tinieblas del que no receurda como entró y del que no sabe salir.

Nadie debería dormir en la calle.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Miguel duerme en la calle Juan XXIII;
por la tarde lo verás tocando en la Principal.
Su guitarra siempre fiel, duerme junto a él;
lo que saca, para comer y para beber.

Canta un corazón que está cansado de vivir
siempre fuera de control.
Busca la ilusión que le vuelva a hacer reír,
solo tiene una canción.

Si hace frío abrígate con cartones.
Y la piel, ya arrugada
sabe que es el precio de nacer
lejos del dinero, tan lejos del poder.


Ayer Miguel se fue,
a su entierro no fue ningún rey,
nadie lloró por él.
Su guitarra se calló, pero su voz
aún la puedo oír por la Calle Mayor

Anónimo dijo...

Una cancion de la Fuga, por cierto...