domingo, marzo 19, 2006

Del Trabajo y otras reflexiones

8:12. Los dos puntos del reloj que separan las horas de los minutos parpadean mientras soy incapaz de reaccionar ante nada. Seis horas por delante, me parece demasiado tiempo.
El sonido de la caja al abrirse me sobresalta, viene la directora y al pasar me mira con su cara indiferente que nunca sé que significa. 8:19, seis horas es demasiado tiempo. La oscuridad de la noche que parecía eterna, ahora se diluye en el gris de una mañana que anuncia lluvia. Sin embargo no logro descifrar que me anuncia a mí el día.
8:29. Traen el dinero, la directora apunta: ¡28 billetes de 500! No puedo hacer la operación, me da demasiado vértigo, pero cuando los tengo en la mano me tranquilizo; pensé que eran mágicos, pero sólo es papel como el folio en el que escribo. Papeles con los que se compran voluntades, hacen caer economías de países enteros en bolsa y con los que nos drogan para que no podamos ver la realidad. Malignos, sí, pero papel al fin y al cabo. 8:37 Ha llegado el cartero, madrugardor, como siempre, con su amplia sonrisa, como si no tuviera que trabajar hasta las dos del medio día repartiendo cartas, certificados y multas, soportar la impertinencia de algún vecino y el desprecio de los que nunca entenderán el oficio de los demás porque odian su propia vida.
8:45, mi mente vuela. Cada fin de semana renuncio al sueño del sábado por la mañana, el que siempre fue para mi redentor del resto de la semana. Renuncio a los viernes por la noche. Todo por dinero, es lo que hay. 8:49 Entra un cliente, va al cajero. La mayoría no atraviesa la puerta para entrar en la oficina. Dos clientes el día que más, no sé si eso es bueno o malo, supongo que me deja indiferente. Muchos soñarían con estar en este puesto de trabajo. Y Muchos, si lo conocieran, también soñarían con él. Me quejo de vicio, pero soy joven, estudiante y aún prefiero la juerga al trabajo, aúin prefiero seguir soñando una mentira a encontrarme con la cruda realidad. Nos adiestran para que creamos ser algo que nunca seremos o no de la manera quenos hacían creer. Nos adiestran para manejarnos mejor, para cortarnos las alas y cuando podamos llegar arriba, nuestra mente esté tan embotada que parezcamos yonquis de la sociedad. Si no, será difícil que llegues arriba.
8:59 mi mente sigue su razonamiento. Hace poco alguien me dijo: "Yo voy a ser adicta al trabajo". Lo mismo pudo decir, voy a ser adicta a los barrotes de la sociedad. ¡Cómo vamos a ser libres si nos gusta la esclavitud y nos regodeamos en ella! De pequeño me enseñaron a tener un corazón inquieto, a estar siempre alerta, buscando. Ahora entiendo que se levanten vallas en Melilla e Israel pues todos las levantamos en nuestro propio corazón. 9:06 Llegan dos policías en el camión blindado. Les abro, llevan pistola. Podrían atracarnos y marcharse con el dinero muy lejos del mundo, tan lejos que con seguridad no necesiten ese papel para ser felices.
9:12. Sin novedad en el frente. Cinco horas por delante, me parece demasiado tiempo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

"el trabajo dignifica a las personas"... al igual... sólo te queda un sábado... y el placer de gastarte en viajes el dinero que tan duramente (y sobre todo aburridamente y sacrificadamente) te has ganado...
solo un sábado más...

Anónimo dijo...

Yo te propongo otras reflexiones sobre el trabajo.
A - Antes que subyugarte, el trabajo puede ser precisamente la herramienta que te permita ser más libre, que te permita emprender el vuelo en pos de tus sueños.

B - Además, te aseguro que desde tu puesto de trabajo, sea cual sea, puedes encontar la forma de ser útil y contribuir a la mejora de tu entorno, aportando cuanto de positivo lleves en tí.

C - No hay que esperar a las grandes gestas ni confiar exclusivamnente en ellas para "salvar" al mundo, hemos de transformarlo cada día con nuestro compromiso real de querer hacerlo.

D - Finalmente, el trabajo no está reñido con la diversión, con la juerga ni con la alegría. Todo es necesariamente compatible y hasta te es más fácil divertirte cuando eres consciente de que algo bueno hiciste hoy por otros, aunque sea algo tan poco sublime como pagar un cheque a quien necesita ese servicio (para él, "eso" es importante, tal vez el pago de un enorme esfuerzo, tal vez la forma en que conseguirá la sonrisa de su hijo con un pequeño regalo, tal vez la tranquiliodad de que ese día podrá cubrir una necesidad, tal vez . . .).

E - A veces nos puede representar un verdadero desafío que nos exija lo mejor de nosotros, que ponga a prueba nuestra verdadera valía para enfrentarnos a problemas reales.

En fín, caben muchas más reflexiones positivas sobre el mundo del trabajo, así que lo dejamos para otro día, con el último consejo de que pienses siempre en positivo, es más útil y más agradable.

Anónimo dijo...

Uno siempre debe piensar en positivo porque si no se volveria loco o se vendría abajo. Pero a veces estas reflexiones nacen del aburrimiento y de no saber muy bien cual es tu sitio. Y son estas refelixones las que con el tiempo se convierten en críticas positivas para el futuro.

Anónimo dijo...

¡Ah! Se me olvidaba. La crítica constructiva de la crítica destructiva primera que la desenstructive, buena crítica constructiva será

Anónimo dijo...

debes recordar por qué te encierras los sábados en el bamco... trabajas para escapar en un tren de los barrotes de tu sociedad. El trabajo en tu caso es un medio y no un fin. Imagina cómo sería tu vida si tu máxima aspiración fuese ascender de cajero a interventor. Menos mal que tu profesión, como decia tu abuelo, te permitirá ser libre, ser artista.