lunes, mayo 29, 2006

Una, grande y libre

En estos tiempos que corren, la cuestión de España como nación centra la actualidad. Incluso se diriía que es de la máxima importancia si no fuera porque el tema es ya viejo y sus muchas arrugas y estrías surcan el paisaje español.
En 1814, la carta de los persas instaba al despótico, indeciso e inquisidor Fernando VII a derogar la Constitución de Cadiz, pues ponía en peligro los valores de España. La represión insostenible de un régimen en peligro de extinción y la falta de pago de los salarios al ejército fueron las causas de que en 1820 el general Riego diera un golpe en la mesa. El primero de decenas de ellos durante todo el siglo XIX. Cada lunes y jueves había alguno, tan sólo se respetaban los domingos, pues la católica España siempre tuvo educación y valores morales para exportar.
Con la muerte de Fernando VII "el nefasto" llegó el constitucionalismo a España, cuya insignia fue durante muchos años la Constitución de 1837. Pero los liberales siempre debieron hacer frente a los más conservadores del régimen apoyados por la Reina de los cascos ligeros, al movimiento obrero emergente y sobre todo a los carlistas vascuenses del norte que sangraron el país en tres interminables guerras sin sentido. Los argumentos, los archiconocidos de que España se rompe, que el concepto tradicional de la familia se pierde y que los masones y ateos van a destruir toda moralidad católica. Argumentos a los que se sumó poco después el recurrente que vienen los rojos.
Cierto es que tampoco los liberales radicales, demócratas y republicanos han sabido aprovechar sus oportunidades. Pero en el país por excelencia de la anarquía ponerse de acuerdo es muy complicado. Malgastaron el sexenio democrático, primero buscando rey, y luego entre proyectos republicanos federales y cantones varios. Revolucionaron la república burguesa de izquierdas de los años 30 y luego dejaron que la guerra, Stalin y el comunismo acabaran con las ideas que tan hermosas habían florecido. Sólo así se entiende que con los mismos argumentos que se esgrimían en tiempos de los reyes católicos España aguantara sobre sus lomos cuarenta años de dictadura. El Santiago y cierra España, el yugo y las flechas y la Iglesia en la cúpula de poder recuerdan más una mala novela histórica tipo El Codigo da Vinci que a un régimen político que se mantuvo hasta 1975.
Ante este panorama no es de extrañar que la izquierda se empeñe tanto en volver a malagastar su oportunidad de crear un país con un Estado del bienestar al nivel europeo, porque no cerca de Suecia o Noruega, y se obceque en naciones, realidades históricas y reivindicaciones forales que datan de hace casi doscientos años. Pero tampoco ha de extrañar el papelón de la derecha más aguerrida, todavía con las fobias a todo lo que no sea Dios, Patria y Rey. Miedo a la descentralización del Estado, a los homosexuales y a la juventud. Ya es hora de que olviden el pasado y se pongan al nivel de los ciudadanos, de Europa, de la democracia.

4 comentarios:

PALOMA dijo...

El recurrente que vienen los rojos...

Yo hoy he pronunciado las palabras "¿Donde están los rojos?" aunque, como todo, sacado de contexto puede ser malinterpretado.

Y esta noche en El Loco de la Colina, José Bono ha dicho "En el Partido Popular son certeros con sus errores."

También ha dicho "A Rajoy se le ha acabado el tiempo." Ha dicho que "un Ministro que no ama a España es un disparate" y ha dicho también, "En el Partido Socialista entré por ideas y por ideas sigo siendo socialista."

Yo hoy he pronunciado las palabras "¿Donde están los rojos?"

Me refería a los camareros de un Vips, con delantal colorado, que tardaban ya en traerme la ensalada.

Anónimo dijo...

mm... cuánto de largo se puede hacer un post???

es una canción de Serrat, se llama Temps era temps... la pongo traducida...no sé si en los tiempos q corren eso está bien visto...en fin... describe muy bien a españa... así hemos sido...

Érase una vez...
que salimos del huevo
con el oro de Moscú,
la paz a cuestas,
la flota en el muelle
y la lengua en el culo,
con los símbolos arrinconados,
el agua en la fuente,
las restricciones
y el hombre del saco.

Érase una vez...
que más que buenos o malos,
eran los míos y han sido los únicos.
Tiempos de estraperlo y tranvías,
gachas para cenar
y en la galería retrete y gallinero.

Tiempos de Una, Grande y Libre...
Metro Goldwyn Mayer...
Lo toma o lo deja...
Gomas y lavajes...
Quintero, León y Quiroga...
Mazapanes y sabañones...
Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón.

Érase una vez...
que temprano y malamente
lo supimos todo:
quiénes eran los Reyes,
de dónde vienen los niños
y qué come el lobo.
Todo mezclado con el Palé,
y la Formación del
Espíritu Nacional
y los primeros viernes de mes.

Señora Francis, ¿me entiende...?
con estos conocimientos,
¿qué podía esperarse de nosotros?
Si aún no sabemos, señora,
qué es lo que seremos cuando seamos mayores
los hijos de un tiempo,
los hijos de un país huérfano.

Hijos de Una, Grande y Libre...
Metro Goldwyn Mayer...
Lo toma o lo deja...
Gomas y lavajes...
Quintero, León y Quiroga...
Mazapanes y sabañones...
Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón.

Uqbar dijo...

Hay un español que vivir quiere, y a vivir empieza, entre una España que muere y otra España que bosteza... Españolito que vienes al mundo te guarde Dios... una de ls dos Españas ha de helarte el corazón

Machado esa es mi España

Visca Serrat i la mare que´l va traure al mon

Anónimo dijo...

Un muy buen e interesante analisis de la maltrecha "Patria" anterior y contemporanea.Muchos politicos se deberian dar una vuelta por vuestros blogs, de mentes e ideas jovenes y frescas y enterarse de lo que verdaderamente os interesa a las generaciones futuras, que ya estais aqui empujando.