martes, marzo 11, 2008

No se puede gobernar España sin Cataluña y Euskadi

La mayor parte de los analistas coinciden en señalar a Cataluña y el País Vasco como claves para la reciente victoria del Partido Socialista Obrero Español en las últimas elecciones generales el pasado domingo. Los datos lo hacen patente: el PSC le ha sacado 18 escaños al PP en Cataluña, cuando la diferencia entre ambos a nivel nacional es de tan sólo 16 asientos. A tenor de los resultados, el Partido Popular debería reflexionar sobre la política de enfrentamiento y oposición al propio pueblo catalán y vasco que ha llevado a cabo durante toda la legislatura.

En Cataluña, desde que en el año 2000 Aznar consiguió la mayoría absoluta y rompió el pacto con CiU, la única política conocida del PP en esa comunidad fue congelar las inversiones cuando estaba en el Gobierno. Después, ya en la oposición, las iniciativas más famosas fueron las de boicotear los productos de las empresas catalanas, oponerse al nuevo estatuto de autonomía aprobado por la mayoría de los catalanes en referéndum y forzar la salida de la cabeza visible del partido, Josep Piqué, porque era excesivamente moderado y catalanista.

En el País Vasco la jugada de los populares fue más arriesgada. María San Gil decidió con su discurso enfrentarse a todos: al Gobierno vasco encabezado por el PNV, a los partidos abertzales no violentos, al PSE y al Gobierno de Zapatero por “rendirse ante ETA” y a la mayoría de la sociedad vasca por tratar de imponer el españolismo a golpe de bandera en los ayuntamientos. Los vascos han demostrado en estos comicios que sus intereses están tan alejados de la violencia radical de ETA como de las ideas sectarias del PP.

Los analistas del PP, que tanto les gusta hacer dobles y triples lecturas de los datos para intentar justificar sus derrotas, deberían hacerse una muy sencilla: no se puede gobernar España sin contar con Cataluña y con el País Vasco. Quinientos años de historia compartida, de lazos económicos y sociales. Ambas regiones no disfrutarían de su identidad sin España y viceversa. La estrategia de la crispación del PP calienta la cabeza de los madrileños pero sólo genera rechazo a los catalanes y los vascos.

La segunda lectura que deberían hacerse los populares es dejar de escudarse en sus malos resultados en Cataluña y País Vasco para justificar su derrota en las elecciones. Es una interpretación simplista. Los datos apuntan a que si el PP se ha salvado del descalabro electoral es gracias a Madrid y Valencia, sus dos plazas fuertes donde, otra vez, han logrado subir su número de representantes. En Madrid, 3 diputados más que el PSOE y en la Comunidad Valenciana los populares han obtenido 5 escaños más que los socialistas.

Precisamente de estas dos comunidades surgen ahora las voces más críticas contra la continuidad de Rajoy al frente del PP. El liberal Camps y la populista Aguirre ya están en primera línea para la carrera por la sucesión. Cabe preguntarse si los barones populares devorarán a Rajoy mientras parece que sigue vivo y si, en el hipotético caso de que haya un nuevo líder, traerá un impulso renovador al partido, con pretensiones de llevarlo al centro o seguirá siendo el mismo perro rabioso con otro collar más lustroso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, Roventy, soy Pablo, el más viejo de tu clase, al menos el año pasado. Acabo de descubrir tu blog y no me he podido resistir a comentar este post. Buen análisis. El otro día estuve analizando los resultados electorales y saqué unos temas muy interesantes sobre los que habría que reflexionar.
El primero es sobre el sistema electoral, la Ley d´Hont que vimos el año pasado en clase, y que es un desastre. Si las generales fuesen proporcionales, IU hubiese sacado 14 o 15 escaños, y PSOE y PP no hubiesen perdido mucho: el PSOE tendría 152 escaños, y el PP 148. El caso es que los nacionalistas no sólo no pierden, sino que suben (excepto el PNV). Hazte los cálculos, porque las conclusiones dan para un post o más.
El segundo punto sobre el que habría que pensar es la supuesta imbatibilidad de los partidos nacionalistas, porque el PSOE ha ganado en las tres provincias vascas y el PP ha superado a ERC en Cataluña en 3 de las 4 provincias (en Girona, ERC ha sacado escaño y el PP no, pero la diferencia de votos ha sido de 3.500, muy poco). Los resultados hablan de una realidad sociopolítica vasca de lo más inquietante.
Bueno, espero que te haya servido de algo esta chapa espantosa. ¡Y a ver si nos tomamos unas cañas un día de estos!