Ceniciento

Cuando la injusticia llena las calles de gente; cuando el hambre ciega la vista y nubla la razón; cuando rendirse no es una opción. Cuando el amor y el afán de superviviencia guían el corazón humano; cuando está en juego tu propia vida en cada asalto. Cuando la bondad se convierte en virtud y la virtud en leyenda. Así es cinderella man que cuenta la historia de un boxeador de la época de la crisis financiera después del crack del 29.
El hambre aguza el ingenio, la necesidad hace que el ser humano dé lo mejor de sí. Por eso en España, cuando más acuciaba la falta de comida, mejores poemas se hicieron, mejores frases. Así Jim Braddock, aprende en el trabajo a utilizar la mano izquierda cuando tenía la derecha rota. En una época donde no había seguro médico para gran parte de la población. Un momento que lo pienso, ahora tampoco hay seguro médico en EEUU para muchas personas. Cinderella man es el Quijote de la crisis de los años 30, es Martin Luther King mucho antes de que se supiera de él, es el espíritu de la esperanza sobre la muerte de quienes tienen 20 años pero en el corazón están marchitos como si tuvieran 90.
Jim Braddock era el boxeador del pueblo. Era la esencia de la esperanza, de lo que está bien y que todos sabemos en nuestro corazón. Cuando su hijo roba, su padre lo reprende. Porque no es correcto, porque antes muerto de pie que arrodillado toda la vida, antes seguir soñando con la libertad que esclavizarse, mucho menos al dinero, a la comida o a la vida. Porque más vale pintar el aire de los colores del cielo, dar de comer y de vestir al alma, que tener el alma seca por la monotonía de una vida sin esperanza, sin amor, sin vida
Sueña...