jueves, noviembre 03, 2005

Raitán I: El mito de la nación

El presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, excluye de los puntos polémicos el término de Cataluña como nación. Es el nuevo episodio de este tira y afloja entre los dos grupos mayoritarios en el parlamento español sobre el Estatuto Catalán. Sin embargo la raíz del problema está en los intereses de particulares y en ideologías trasnochadas que tienen como telón de fondo el mismo concepto de la palabra nación.
El mito de España como nación nace de la reconquista en torno a la figura del apóstol Santiago. Pero España como nación sólo se puede entender a partir de 1812, muchos siglos después de aquel mito. Hoy el apóstol sigue siendo el Patrón de España. Cataluña nunca fue un organismo con independencia política ni económica y desde hace tres siglos siempre ha formado parte de España en ambos aspectos. Otra cosa distinta es en el ámbito cultural. Cataluña es una nación cultural tanto como lo es Andalucía o Galicia. De hecho siempre se ha hablado de “las Españas” y de “los pueblos de España”, cuya riqueza cultural y diversidad no se puede discutir.
El problema entonces viene del nacionalismo irracional que demuestran algunos políticos. Zaplana considera el proyecto del Estatuto como una reforma de la Constitución y por eso se opone. Como dijo hace unos días: “La constitución ha funcionado durante veinticinco años, no hay motivo para cambiarla”. Su visión funcionalista de la realidad española junto a su enervado nacionalismo es compartido por su partido. O al menos Rajoy calla y deja hacer. En el otro extremo se sitúa el tripartito catalán con Carod-Rovira y Maragall a la cabeza. Su rechazo al nacionalismo del PP resulta hipócrita ante su propia defensa del nacionalismo catalán y su rechazo del nacionalismo valenciano. Máxime cuando la reforma de su Estatuto ya ha pasado con nota el examen del Congreso de los Diputados. Voces más moderadas buscan la reforma de algunos puntos porque el nuevo Estatuto deja a Cataluña en mejor posición que el resto de Comunidades Autónomas. Defienden así mismo la igualdad de las autonomías y el principio de solidaridad entre ellas. Es el caso de José Bono o Ibarra del PSOE, cabezas visibles de una corriente mayoritaria dentro del grupo socialista en España.
Rodríguez Zapatero hablará mañana en el Congreso sobre las reformas que propone al Estatuto y posicionará la estrategia del gobierno. Un posicionamiento que debe sentar las bases de un gran acuerdo que está muy lejos en este momento. El miedo del PP al cambio y la intransigencia de los grupos nacionalistas minoritarios pueden hacer fracasar todo el proceso y sumir la política española en una grave crisis. En un momento donde se tiende a la integración en Europa, la lucha de unos pocos por una identidad cultural que ya tienen deja en evidencia toda su estrategia, pues no buscan una España federal, sino España y Cataluña como dos naciones separadas

1 comentario:

Rôvënty dijo...

No se podía explicar mejor, Carmeli. Si todos pusieramos más de nuestra parte en ser humanos, no habría tantas peleas estúpidas que no representan el verdadero sentir. Sigamos soñando