
viernes, abril 27, 2007
Veinteañando

miércoles, abril 25, 2007
Elecciones
domingo, abril 22, 2007
La magia de Dj Suze

“Pobre” pensé, cuatro años después seguía siendo el telonero que abría las fiestas, las calentaba y dejaba paso a otros que se llevaban la gloria. Mientras esperábamos hasta que dieran las 8 para poder salir con sello, nos entretuvimos bailoteando y observando la discoteca. En un rincón, comenzaban a preparar una deliciosa paella valenciana que más tarde degustaríamos.
Salimos para atemperar el cuerpo con un buen ron Caney, directamente traído de la Habana. Conocimos a unos chavales de Ciudad Real muy majetes que nos invitaron a un trago y nos encontramos con ellos varias veces durante la noche. Poco a poco, el descampado que hacía las veces de parking se iba llenando de coches. Anochecía.
La segunda vez que entre en Radical fue completamente diferente a la primera. La oscuridad había desterrado a la luz y la gente bailaba desinhibida del mundo. “A Radical se viene a olvidarse de todo” me había dicho mi amigo Diego. Me dejé empapar del ambiente, del momento y de la música. En cabina, Dj Suze seguía 4 horas después pinchando buena música remember. Entonces sonó Energetzer y la gente se vino arriba. Y lo comprendí todo. No es que Suze haya quedado relegado a ser el primero en todas las fiestas, sino que era así porque el quería. Durante las casi 5 horas que estuvo pinchando pudo ver como la discoteca se iba llenando según se hacía de noche, como la gente disfrutaba del ambiente y de la música. Cuando Suze dejara la cabina sería el momento álgido de la noche, aclamado por sus buenas manos y su incombustibilidad. Entonces conseguí descodificar toda la energía de aquel lugar y adaptarla para fluir con ella. Dj Suze me transportó y me posó suavemente encima de mis propias ensoñaciones.
Al terminar la canción, Miguel Dejota nos dio la bienvenida a Radical y dejó que ovacionáramos al bueno de Suze. Después presentó a Dj Napo para que continuara la fiesta. Sentí un toque en el hombro y me di la vuelta. Allí estaba uno de los chavales de Ciudad Real.
“Cómo va” me pregunto.
“Bien, acaba de terminar Dj Suze, ¿Lo has visto?”
“No”
Se había perdido lo mejor.
sábado, abril 21, 2007
Nueva York
sábado, abril 07, 2007
Domingo de Resurección
La iglesia de San Jorge estaba llena de esperanza. Ancianos, niños y jóvenes escuchaban el latir de sus corazones, acompasando el tempo del mundo, soñando lo que pasó hace dos mil años. Un hombre que luchó contra la injusticia y murió para salvarnos a todos. Sólo nos dejó un mandamiento: que nos amásemos los unos a los otros. Si algo merece la pena en esta vida es amar.
Empecé a vislumbrar delante de mi un camino angosto, lleno de peligros. No era otro que el camino de mi vida, ése que había perdido por emborracharme de libertinaje esclavo. Ahora lo veo de nuevo, no más ancho que de costumbre, no con más esperanzas que de costumbre, simplemente es el camino que elijo cada instante y que me acerca más a mí mismo.
Hay muchas maneras de resucitar, casi todos morimos y resucitamos muchas veces en nuestras vidas. Cada cual tiene su modelo a seguir para resucitar. El mío es un hombre que conozco a través de un librillo que me regalaron cuando hice la com-un-ión. Cambio en los evangelios la mala traducción griega de la palabra "pecado" por el de "injusticia" y todo encaja a la perfección. Los pecadores del evangelio son en realidad los injustos. Todos somos injustos en nuestras vidas, contra el otro y contra uno mismo. Nunca es un mal día para reconocerlo y asumir la esperanza de nuestras derrotas. La vigilia es el preámbulo de la resurrección
miércoles, abril 04, 2007
El cocodrilo y la serpiente
Llegamos a un pequeño zoo y paramos para verlo. Nada más entrar vemos un cocodrilo de dimensiones diminutas. Entre sus dientes estaba atrapada una serpiente también pequeña.
-Vamos a ayudarle, dijo una amiga.
- A quién, quiso saber Israel.
- Al cocodrilo claro, siempre al fuerte.
Nos fuimos disgregando para ver el resto de animales hasta que sólo quedamos el guía, mi amigo Pablo y yo. Entonces Israel cogió una manguera del suelo y atizó con fuerza al cocodrilo. El acorazado animal se asustó, soltó a la serpiente y se acurrucó en una esquina sin atreverse a mover. La serpiente con paso lento, pero sin pausa, dolorida por los fuertes colimillos de su captor, consiguió escapar. El joven guía sonrió mientras seguía caminando.